sábado, 19 de abril de 2014

Decidido

esde hace dos semanas estoy cuidando de mi hija por las mañanas con la reducción de jornada.

Desde el primer día hubo gente que me preguntaba: ¿ya vas a poder? O ¿ vas a ser capaz? o ¿no tienes miedo? y ¿qué vas a hacer si...?¿y si...?

Yo siempre les he respondido que no pasará nada. Estoy convencido de que lo tengo que hacer. No hay otra forma. Y además y lo más importante para mí: sé que lo puedo hacer. Si surge algo que no pueda solucionar por mí mismo o sólo, pediré ayuda. A veces es necesario, pero intentaré ser autosuficiente.

No tengo ningún miedo a los inconvenientes que puedan venir. Los tomo como un aprendizaje, como enseñanzas de la vida. Todo lo que pasa es para evolucionar. Es mi opinión.

Hay veces en las que tener una actitud ante la vida se toma como algo demasiado etéreo, indefinido, amplio. Me gustaría poder transmitiros que es algo palpable, real y que hace que todo sea distinto.

Yo lo siento como una convicción. Una actitud en la que sabes que hagas lo que hagass vas a tener un resultado. y que ese resultado te va a aportar algo, como he dicho antes: un aprendizaje. Eso es para mí lo realmente importante.

Lo palpable no es la actitud, sino el resultado de lo que has conseguido mediante esa forma de actuar.

Si tenemos claro qué queremos, el resto va sólo.

Yo por ejemplo ahora quiero cuidar a mi hija lo mejor posible y haré todo lo que esté en mis manos para que eso ocurra. Estoy seguro, me siento capaz. Y lo veo cada día que estoy solo con ella. El resultado es que sigue viva, sonríe, llora, juega... Y además acierto, más o menos, lo que necesita.

¿Soy un crack? No. Soy una persona que con este asunto sabe lo que quiere.