Seguiré
aprovechando el inicio de año y los objetivos que nos planteamos en él.
Seguramente
ya tengas en mente lo que quieres hacer durante este año. Seguramente ya tengas
un objetivo. O no. A esto va dirigido esta entrada: a decidir si quiero una cosa o
quiero quitarme cosas durante el año.
Podemos
empezar el año decidiendo qué me apetece hacer, que quiero hacer o que voy a
hacer. Este sería el ejemplo de alguien que quiere ir hacia la mejora de sí
mismo teniendo un lugar al que llegar.
Pero
muchas veces nos olvidamos de otra opción que también mejora nuestra calidad de
vida y que es igual de eficaz y que también ayuda en el crecimiento de la
persona: dejar de hacer cosas que nos quitan tiempo, energía.
Podemos
realizar las dos cosas a la vez también.
De
una u otra forma, tengo que ser consciente de que algo voy a hacer, si es lo
que realmente me apetece.
La
opción de ponernos objetivos la hemos realizado durante toda nuestra vida: nos
ponemos o nos ponen un objetivo, lo cumplimos y tenemos una recompensa
(calificaciones, felicitaciones, satisfacción…) que disfrutaremos más o menos.
Pero,
¿cuántas veces hemos decidido dejar de hacer cosas que nos absorben energía?*
¿Habéis realizado alguna vez una lista de cosas que os gustaría dejar de hacer
o terminarlas de hacer de una vez? ¿Cuántas cosas pendientes tenemos en nuestro
día a día que nos bajan ese punch con el que nos despertamos?
Son
cosas que todos conocemos y que queremos dejar de hacer o queremos realizarlas (o
nos gustaría que estuviesen ya terminadas), como pueden ser cambiar ese
albornoz que tiene un agujero y que cada vez que lo ves te enfadas contigo,
ordenar esa esquina del cuarto que incluso te has acostumbrado a ver
desordenada, dejar el jabón de ducha en ese sitio que no es su lugar, hacer
algo en el hall para que al entrar en casa te sientas a gusto…
Os
invito a hacer esa lista de “cosas” que tenemos en mente y que no llegamos a
hacer o que nos molestan. Veréis que salen más cosas de las que pensabamos,
incluso al pasar los días nos daremos cuenta de nuevas cositas que existían y
no nos dábamos cuenta.
Ya
me contaréis como ha sido la experiencia.
Y
no os agobies con hacerlo todo de golpe. Daos tiempo, pero no demasiado. ¿Tres
meses? Venga, tres meses para cambiar esos puntos.
Empieza
poniéndolos en una escala de más a menos importancia si quieres. Para
realizarlo lo antes posible y de forma más sencilla, vete uniendo los que
puedes hacer el mismo día y a la vez, de un plumazo. ¡Ya verás que subidón!
¡Espero
vuestras noticias!
*que nos suponga un esfuerzo extra a lo habitual no tiene
porque estar en este tipo de quehaceres. Algo que queremos conseguir nos
supondrá un reto, un esfuerzo, un cambio. Y a veces, cuesta conseguirlo. Hay
que diferenciar lo que es un reto (que me motiva realmente) de lo que nos quita
energía.