domingo, 30 de junio de 2013

La suerte de tener un lugar llamado...

En momentos en los que la moral es baja somos más vulnerables o estamos más sensibles a ciertas actitudes, acciones de la gente.

Estar sensibles nos hace percibir la información sobre el estado de los demás, sin quererlo o poder evitarlo, pero también somos conscientes de lo débiles que nos encontramos, pues notamos que las cosas nos afectan de otra manera.

En estos momentos acudo a mi lugar donde me siento seguro, mi zona de confort. Un lugar donde tengo fuerza, seguridad, confianza y donde las cosas son conocidas. No hay nada que rompa ese estado de relativa calma.

Puedo estar en este lugar el tiempo que quiera, pero quedarme tiene sus consecuencias, igual que salir.

Otra decisión que tomé me llevó a salir de este lugar, aunque sea de vez en cuando. Con pequeñas o grandes acciones.

Ha habido situaciones que a mí me han servido para saber qué necesito y abrir la mente:

1.-Encontrar a una persona que ha creído en mis posibilidades y que me haya apoyado en mis proyectos.

2.- Trabajar con un grupo de Ciclo-indoor que me ha dado la seguridad para ser yo mismo y así descubrir herramientas que han hecho que las clases sean de mejor calidad y más divertidas.

En el primer caso buscaba una relación entre iguales, sin diferencia de poder y tenía claro que para que funcionase tenía que ser yo mismo y dejar a la otra persona ser ella misma. Desde ahí empecé a construir la relación y está saliendo muy bien (casados y con una hija en camino). Pero fue importante su visión y aceptación. Escuchar y dar otra opinión distinta sin otra intención más que abrir la mente, animarte a ser lo que eres, recordártelo cuando te desvías, demostrarte como eres (aunque duela), conversar, reír… 

El caso de la clase de Ciclo-indoor se ha convertido en un reto continuo de autosuperación. Era y es un grupo exigente y que tiene sus necesidades. Conectamos bastante bien porque la metodología que utilizo y lo que ellos buscaban eran lo mismo: explicaciones sobre lo que ibamos a hacer (al inicio, durante y sobre la progresión anual), realizar una clase correcta, llevarlas preparadas de antemano, exigirles (porque lo pueden hacer)… Todo esto se unió a que yo les metía en las sesiones canciones que les gustaban, me interesaba por ellos. Poco a poco la confianza ha aumentado (sin perder el respeto) y me permiten hacer pruebas para hacer las clases diferentes, aunque a veces no salgan bien a la primera o ese no sea el momento de realizarlas. Existe un feedback. Esto es bueno para los dos, así que, las dos partes estamos encantadas.

En los dos casos han creado una zona Segura y donde me han permitido ser Valiente. No han importado los fracasos, porque han sido aprendizajes. Esto ha hecho que me conozca mejor, con lo que mi confianza ha aumentado.

Es importante tener un lugar así, pues es el que me da la opción de ser completo, creativo y lleno de recursos y lanzarme a por el infinito.

A este lugar yo le llamo: lugar Seguro donde gano Confianza para ser Valiente (SCV)

                        y salir ahí fuera a descubrir lo que hay



¡¡¡Porque realmente yo quiero toda la tarta!!!

2 comentarios:

  1. me gusta la zona segura, siempre me ha gustado, pero me doy cuenta que la zona segura hay que hacerla cada vez mas grande, asi que no hay que olvidar que aunque estemos en esa zona hay que asomar un poquito mas cuando estas cargado de energia y fuerza, es decir confianza; la zona segura se hara mas grande y uno mismo tb

    ResponderEliminar
  2. Buena respuesta. La única forma de hacernos grandes es aumentar esa zona y ampliarla. Nuestros miedos disminuirán y nuestra seguridad aumentará.
    ¡Gracias!

    ResponderEliminar