Tiii Tiii Tiii
Suena el despertador. En mi
mente ya empieza a aflorar alguna idea. Sin querer empiezo a pensar.
Las primeras ideas que nos
vienen podrían ser:
Ya está sonando
Que me deparará este día
Que tendré que hacer
Y que más cosas me saldrán
…
Si probamos a ponerle una
entonación en la que nos despertamos hambrientos de lo que nos espera el día, a
cada frase que leas, te irás llenando de energía.
Si en cambio, pensamos en
que cada frase es una piedra que se introduce en esa mochila que todos llevamos
en la espalda, ésta va pesando cada vez más. Esto me irá deformando la posición
natural y hará que vaya agachado para el resto del día.
Son dos situaciones
totalmente distintas que se nos pueden presentar cada mañana (o momento). En
una, estamos dispuestos a lo que vaya pasando, con una mentalidad abierta que
hará que nos podamos adaptar a las situaciones que nos surgen. Aceptamos lo que
nos ha venido.
En la otra, tenemos una
predisposición a lo que irá pasando, ya damos por hecho que algo irá de esa
forma.
Durante el día tomamos muchísimas decisiones. Cada vez que decido, es una forma de mostrarme ante ese
día, con una energía que me hará más o menos pesada la mochila.
Lo bueno es, que en
cualquier momento del día puedo pararme un instante, analizar y decidir cambiar
el curso del mismo. Eso es magia: cambiar el curso de un día tomando una decisión
en ese preciso momento, decidir qué actitud tomar.
Piensa en cómo has salido de
la cama y en cómo ha influido en esa primera mirada al espejo a la que te enfrentas
cada m
añana. ¿Qué quieres hoy?
Es el momento de decidir
gracias por recordarme que yo decido cómo sentirme, que tengo la capacidad de hacerlo más allá de si las circunstancias me acompañan o no. un abrazo!!
ResponderEliminarAdmiro tu valor de mostrar tus pensamientos y tus sentimientos a los demás. ¡Enhorabuena, Mikel! Disfrutaré de todo lo que vayas a compartir con nosotros. ¡Hasta pronto! Pepe
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