Estoy en la habitación de mi
padre en la Policlínica. Le
han realizado una prótesis de rodilla, que ayudaré a recuperar desde la
experiencia de entrenador.
Tenía pensado escribir sobre
las ondas, pero he preferido cambiar el post a algo que he sentido más urgente:
la comunicación.
Y, ¿qué es la comunicación?
Para mí es “simplemente” una
relación entre dos o más personas entre las que hay un cambio de información,
verbal o no verbal (más del 80% de una conversación es información no verbal).
Lo que parece tan fácil, en
mi día a día, veo que no es tan sencillo. Me ha tocado como entrenador, coach,
hijo, hermano, etc. ver las dificultades que tenemos a la hora de expresarnos.
Lo primero que se nos hace
difícil es saber qué queremos decir. ¿Somos complicados o nos hacemos
complicados?
Las emociones, las poseemos;
los pensamientos, los tenemos; las palabras, nos las sabemos… y sin embargo,
hay un torrente en nuestra mente que no deja que eso fluya. Cada uno tiene su
limitación ahí. Al descubrir que pasa, todo fluye más fácil.
A veces tendremos que
aprendernos palabras para poder expresar eso que sentimos, otras veces hay que
trabajar sobre el cuerpo, para poder saber qué ocurre en él, otras, simplemente
buscar emociones, otras, ayudar a expresar bien esas ideas, ordenarlas.
Pero todo empieza en la
búsqueda de lo que queremos. Si realmente no queremos expresar, no lo haremos.
Nos quedaremos condicionados a tener una comunicación limitada.
Tenemos que saber decir lo
que pensamos/sentimos, pues los demás no van a poder adivinar lo que hay dentro
de nuestra cabeza. ¡Bastante tienen con la suya!
Y la forma es expresarse.
Para lo que debemos buscar nuestra propia fórmula. La mía es la sinceridad y el
escuchar los mensajes que me manda mi cuerpo, darles un sentido a esas
emociones; buscar su procedencia más allá de lo que los ha provocado en un
principio.
Una herramienta que utilizo
muchísimo es hablar con mi mujer de estas cosas. Lo mejor que tenemos es la
comunicación fluida, trabajada mediante la confianza y la libertad o no juicio.
Saber que no voy a ser
juzgado y que otra persona me da otro punto de vista que ni me había planteado,
más de una vez me ha abierto los ojos o ha hecho que me replantee las cosas (si
estoy con la mente abierta).
Resumido en pocas palabras,
tener un espacio donde sentirme seguro y ser lo suficientemente valiente para
darme permiso a expresar.
Y tú, ¿estás dispuesto a
creártelo
Creárselo
Crearlo?
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